Hoy quiero mencionar, un artículo que he leido y me ha llamado una especial atención, navegando por la red. No es tan disparatado como parece en un primer momento.
¿Qué opináis?

-Oiga, por favor, pónganos dos cervezas.

Pero es que también nos hemos abierto una cuenta en el “tuiter” y en 140 caracteres somos capaces de resumir una situación. A mí me va muy bien porque antes la única que hablaba era ella. Ahora, gracias al “tuiter”, puedo meter baza. Las conversaciones son de lo más divertidas. Nos contamos cosas y nos preguntamos sobre lo que vamos a
hacer al día siguiente o sobre lo que nos parece el vecino. El otro día, el modelo que llevaba una conocida nuestra de la “urba” fue “trening toping” en nuestra cuenta particular.
-¿Te diste cuenta de como iba la Cuqui la otra noche?
La Cuqui, aclaro, está como un tren. Esa noche a la que se refería mi mujer iba con una minifalda que parecía un cinturón ancho. Se le veían hasta las bragas. Yo le contesté en otro mensaje: -No me fijé.
-¿Que no te fijaste? Se te salían los ojos.
Esta conversación, a viva voz, había terminado en trifulca matrimonial. Pero con las nuevas tecnologías la comunicación es mucho más manejable, no te exaltas así como así.
Una noche que fue nuestro aniversario de boda, la invité a cenar (a mi mujer, no a la Cuqui, ¡que más quisiera!) a un sitio muy romántico, con velitas y todo en la mesa. Sacamos nuestros ipad correspondientes y nos pusimos a enviar mensajes como posesos.
Cuando nos trajeron la comida y comenzamos a comer, le chateé: -Está buenísimo este bacalao frito. Y ella me puso: -Me encantan las cocochas.

ellos a través de la red social más de lo que lo había hecho en los dos últimos años.
El día el que se inventen echar un polvo a través del ipad será tremendo. Yo no quiero morirme sin probarlo."
Fuente: El blog de Andrés Cárdenas
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